Volviendo de la casa de su hermana luego de pasar un domingo con la familia, Gabriela tuvo un accidente en moto o, según sus palabras, un “golpe”. Iba sola y, por lo tanto, nadie sabe qué y cómo ocurrió. Siguiendo una de las tantas huellas que se pierden en el monte chaqueño y que tantas veces había tomado, tal vez se enganchó en un alambre aunque ella afirme que “todavía no puede(o) entender cómo pasó”. Lo cierto es que Gabriela se cayó: su pierna hinchada, el yeso, la cicatriz y el clavo que mantiene firme su rodilla no dejan dudas. Además de intentar reconstruir lo ocurrido y entender el por qué, focalizándose sobre el antes y el instante mismo del accidente, esta comunicación propone detenerse sobre el después o, mejor dicho, sobre las consecuencias del accidente. Es decir, ¿qué le pasó, a Gabriela y a su moto, una vez caídas? ¿Quién la encontró y la sacó del monte para llevarla a un hospital? ¿Cuánto esperaron y cuándo la socorrieron? Y, finalmente, ¿cómo se ha resuelto la situación? Juntas, esas preguntas –a primera vista meramente descriptivas– permiten problematizar un evento puntual, el accidente, a fin de observar sus múltiples consecuencias, sean ellas sociales, económicas, espaciales o políticas. De esa manera, se pretende demostrar que una “simple” caída de la moto, que nunca habría llegado a los registros policiales y que habría pasado completamente desapercibida para el sistema de seguros, constituye un hecho significativo que marca la vida de la víctima, de su familia y de toda una comunidad.