El tema de esta ponencia se sitúa en el campo de la percepción de los accidentes inherente a creencias indígenas contemporáneas y de origen prehispánico. A partir de un estudio en una comunidad mixteca de Oaxaca, se muestra que más allá de los daños o males concretos que los constituyen, los accidentes forman parte de un sistema simbólico colectivo. Para muchos mixtecos se trata de manifestaciones de seres no-humanos y sagrados como las Almas y Dueños de las montañas, de los bosques, de la fauna, entre otros. Estos seres son dadores de vida, energía vital, alimentos, entre muchas otras cosas. Pero cuando son agraviados, pueden provocar daños y males. El antropólogo Marcel Mauss desarrolló en su libro Ensayo sobre el don (1925) la teoría de las tres obligaciones del don: dar, recibir y devolver. Mencionó una cuarta obligación: el don a los dioses, pero no la profundizó. Fue el antropólogo Maurice Godelier quien más tarde en su libro El enigma del don (1996), insistió sobre la importancia de esta cuarta obligación en la vida social. En Oaxaca, la antropóloga Alicia Barabas, basándose en los autores mencionados y en otros, escribió, por ejemplo en su libro Dones, dueños y santos. Ensayos sobre religiones en Oaxaca (2006), sobre varios pueblos en donde existe una ética del don hacia los Dueños de la tierra. Los habitantes les hacen ofrendas o celebraciones para solicitar sus favores y/o su protección. Es en este campo simbólico que se integran los accidentes, al lado de las enfermedades o las catástrofes ambientales. Aunque varios autores mencionan males causados cuando no se respeta la ética del don, estos últimos no han sido objeto de estudios profundizados o un objetivo en sí. Este coloquio consagrado al tema de los accidentes, es una excelente ocasión para subrayar la importante articulación con las creencias sobre lo no-humano y lo sagrado, que no pueden ser ignoradas en los trabajos científicos que buscan comprender la percepción de los accidentes. Sera abordado también el tema de la memoria de los accidentes, que en los pueblos y generaciones donde predomina una cultura oral, la narrativa constituye uno de los principales medios de difusión y de resguardo. La trasmisión de la memoria de los accidentes tiene varias funciones, contar es una garantía para consolidar, perpetuar las creencias y la cuarta obligación, así como para prevenir accidentes que ocurren en diferentes sectores y espacios de la vida cotidiana.